En un acto sin precedentes, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado una nueva acción ejecutiva que prohíbe la solicitud de asilo a los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera.
Las restricciones, que entrarán en vigor a medianoche según la Casa Blanca, representan un cambio significativo en la política migratoria del país y marcan un punto de inflexión en la protección de las fronteras y la gestión de la inmigración.
Esta medida, que rompe con un protocolo de décadas de vigencia, establece restricciones para los inmigrantes que buscan asilo una vez alcanzado un umbral diario de cruces ilegales.
La activación y desactivación de las restricciones estarán vinculadas a una media diaria de encuentros entre puertos de entrada, manteniendo un control sobre el flujo migratorio y protegiendo la seguridad nacional.
El presidente Biden ha destacado que esta decisión es parte de su compromiso con abordar los desafíos más urgentes del país, incluyendo la gestión de la inmigración, y se presenta como un paso importante en su mandato hacia la reelección.
El anuncio coincide con la proximidad del primer debate entre el presidente y su oponente, el expresidente Donald Trump, y refleja la utilización de autoridad ejecutiva para atender una problemática clave para la nación.